Fresa y chocolate, 1993
Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío
Cuba

¿Por qué la elección?
Corre el año 1979 y en una popular heladería de la ciudad de La Habana, un entusiasta del arte de unos 40 años llamado Diego descubre a David y se sienta en su mesa. Mostrándole algunos libros procura seducirlo y convencerlo de acompañarlo a la guarida, como llama a su hogar. Son ejemplares de literatura extranjera que no resultaban accesibles en la Cuba de ese entonces. David es un joven escritor, y pronto deja en claro que es miembro del Partido Comunista. Y aunque se muestra reticente y resiste los incesantes avances de Diego, finalmente visita su casa. Poco después compartirá el episodio con un compañero del Partido, que reacciona escandalizado y presiona al joven a actuar de señuelo para cazar a Diego. La homosexualidad era considerada “contrarrevolucionaria”, propia de traidores a la patria, un “vicio burgués”. En adelante las visitas a Diego se multiplican, pero la calidad de sus encuentros erosiona paulatinamente la ortodoxia moral de David, a quien se le presenta un mundo sensible, intelectual y artístico completamente nuevo, socavando el plan inicial.
Fresa y chocolate alberga incontables mensajes, más o menos explícitos, sobre lo negado, el tabú y toda la dimensión humana que el Partido no admite. Esta postura contestataria, expresada en los vericuetos del lenguaje y puesta en boca de Diego, supo ser una constante en el cine de Tomás Gutierrez Alea, uno de los directores más relevantes de la historia cubana. “Titón”, como se lo apodaba, tan defensor de la revolución como crítico de los aspectos más reaccionarios del régimen, rueda esta historia sobre una amistad inesperada llegando al final de su carrera, con Juan Carlos Tabío en la co-dirección. Discutiendo a la vez la homofobia y los tabiques impuestos a la libertad en la creación artística, la figura del “hombre nuevo” se actualiza en el retrato de David, quien gracias a la experiencia transformadora de compartir afecto con otro hombre, irá descubriendo la cultura cubana en toda su diversidad, la profundidad del pensamiento crítico, la variedad del arte universal y la aceptación de cualquier forma de otredad.
Ficha técnica