La niña santa, 2004
Lucrecia Martel
Argentina

¿Por qué la elección?
Inclasificable, popular y desafiante, La niña santa, una de las películas de la llamada “trilogía salteña” de Lucrecia Martel, es una mezcla de thriller psicológico y drama personal –y colectivo– en el que se aborda un problema social relevante con agudas notas de comicidad.
A pesar de que no hay un único punto de vista o un único personaje en el que el espectador pueda respaldarse, el rol de las mujeres jóvenes es la parte fundamental y destacada de la trama coral de Martel. Amalia y Josefina cuestionan la coherencia de su profesora de catequesis mientras experimentan con su sexualidad y desarrollan sus propios códigos morales, esquivando las incongruencias que los adultos manifiestan. Frente a un episodio de abuso callejero por parte del Dr. Jano, quien la “apoya” en un tumulto, Amalia reacciona con una concentración de enérgico deseo y con una idea singular de justicia, erigida sobre su educación católica, que hará que su obsesión por el doctor sea sentida como un “llamado de la vocación”, como una misión divina para salvarlo del pecado. La polémica se completa con el simultáneo coqueteo entre el Dr. Jano y la madre de Amalia.
La niña santa insiste en signos mínimos que denotan el estado espiritual de los personajes, en las miradas indirectas que espían intimidades y, ante todo, en el juego sonoro –sello del cine de Lucrecia Martel– que construye con dedicación una yuxtaposición de susurros sumergidos dentro del banal ambiente sonoro del hotel en el que se desarrolla la historia.
Para elegir solo una de las varias capas de sentido que propone Lucrecia Martel, en La niña santa se aborda la normativización del deseo y la sexualidad, la represión, la pregunta por la autonomía femenina y la descripción del catolicismo y su inseparable conexión con la estructura patriarcal en las sociedades latinoamericanas.
Ficha técnica