The Girls (Flickorna), 1968
Mai Zetterling
Suecia

¿Por qué la elección?
¿El arte para qué? ¿Y el arte feminista para qué? Aunque ambas preguntas solo tienen un adjetivo que las diferencia, la distancia en sus respuestas sociales parece inabarcable. Mientras la primera apuesta a cuestiones metafísicas constitutivas de lo humano, la segunda parece dedicada a reclamos mundanos. Esta distancia es a la que se enfrentan las tres protagonistas de The Girls de Mai Zetterling.
Bibi Andersson, Harriet Andersson y Gunnel Lindblom interpretan a tres actrices que son el núcleo de un grupo teatral que viaja por Suecia, presentando su adaptación de Lisístrata de Aristófanes. Justamente una pieza que se ha encargado de satirizar la capacidad política de las iniciativas femeninas, representando un “mundo al revés” en el que las mujeres gobiernan. Y, aunque la obra pueda verse como un acto de ridiculización, no deja de ser una representación del sentido que el patriarcado da a las cuestiones femeninas.
Como en una puesta en abismo, la gira teatral se transforma en un reflejo de los conflictos de la propia obra: un director desinteresado que brinda guías anémicas; espectadores que sienten vergüenza por la puesta en escena centrada en temas femeninos, en lugar de asuntos "universales"; y las propias actrices que se preguntan si tiene algún valor su trabajo.
A medida que la película avanza, las vivencias y recuerdos de las protagonistas se entrelazan con la trama teatral, dejando en evidencia las presiones que enfrentan. La obra en todo momento parece recordarles la esquizofrenia a la que se somete a las artistas: se les demanda ajustarse al “eterno femenino” y, al tiempo, se les reprocha que su arte no se ocupe de temas relevantes y trascendentes, adjetivos, que en este contexto, solo quieren decir masculinos.
Ficha técnica