¿Por qué la elección?

Dos hombres tendidos en la hierba conversan. Junto a ellos una mujer completamente desnuda dirige la mirada al espectador. Se trata de Victorine Meurent, modelo principal de Édouard Manet (1832-1883). Hoy sabemos que ella era también artista. Invisibilizada, negado su rol en el arte y ocultada su influencia en Manet, –lo que ocurrió con tantas otras mujeres de la época– Victorine fue además la figura preponderante de Almuerzo sobre la hierba, uno de los cuadros más relevantes de la pintura del siglo XIX y uno de los que mejor ilustra el lugar de las mujeres en la representación artística. Es decir; su rol como objeto de contemplación pensado para satisfacer la mirada de un observador, de un espectador que, como agudamente señala John Berger, es el principal protagonista de un cuadro, a pesar de que nunca es representado. Pocas veces es tan evidente, como lo es en este cuadro, que la función de las mujeres sea satisfacer la mirada de ese “extraño que observa con sus ropas puestas”.