
El tendedero, 1978
Mónica Mayer
México
¿Por qué la elección?
Mónica Mayer (1954) es considerada una de las pioneras de la performance en México y precursora del arte feminista en América Latina. La conjunción de arte, activismo y feminismo define su obra que se desmarca de la idea del arte como objeto terminado y de la figura del artista como centro para apostarle a un trabajo participativo que busca una transformación cultural en el tiempo, lo que exige de un esfuerzo colectivo.
Para Mayer el patriarcado es una de esas estructuras culturales que requiere de tiempo y fuerza colectiva para superarse, pues su construcción tomó siglos y se encuentra hasta “dentro de nuestro tuétano”, por lo tanto exige procesos profundos de autorreflexión y educación. Cofundadora del primer colectivo de arte feminista de México, Mayer desarrolla una producción artística multidisciplinar que abarca el dibujo, la gráfica digital, la performance, los textos y la pedagogía para abordar el papel de la mujer en la sociedad alrededor de temas como la maternidad, las relaciones de pareja, la sexualidad, el envejecimiento y las violencias de género.
El tendedero, una de sus obras más emblemáticas, cuelga sobre cuerdas múltiples relatos de violencia machista y acoso sexual. Esta estructura, que simula el lugar doméstico donde las mujeres tienden la ropa para secarla en una de las labores cotidianas que le son propias, es el soporte a través del cual la artista abre el espacio para hablar sobre la violencia privada contra la mujer en el espacio público. El primer Tendedero, que se instaló en 1978 cuando aún no se hablaba de acoso, pidió a las participantes que completaran la frase: “como mujer, lo que más detesto de la ciudad es:…”, a lo que las mujeres respondieron en un papel color rosa que luego colgaron en las cuerdas. En este ejercicio participativo, Mayer empezó a constatar cómo se empezó a hablar, sin miedo, del acoso sexual. Esta instalación, que ha sido replicada por la artista en años posteriores y hoy se reproduce en infinidad de instituciones educativas y culturales adaptándose al contexto e incorporando nuevas preguntas, se ha convertido en un tendedero lleno de denuncias de violencia. Para Meyer la diferencia entre su primer Tendedero y los actuales está en que el primero hizo visible el acoso sexual y ahora es un apoyo a la resistencia.
Ficha técnica
