
Estudo Para um Enriquecimento Interior, 1977
Helena Almeida
Portugal
¿Por qué la elección?
Helena Almeida (1934 - 2018) es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo portugués, pionera del performance, y una de las primeras artistas en hacer de su cuerpo el objeto de su creación artística. “La obra es mi cuerpo, mi cuerpo es la obra”, afirmaba Almeida, quien encontró en su cuerpo el medio para comunicar sus ideas y expresar gestos y emociones: el sustrato que requería para narrar sus historias. El cuerpo, que es el suyo, pero podría ser un cuerpo cualquiera, y el espacio con el que se relaciona, es el protagonistas de una obra conceptual que da cuenta del carácter universal de la experiencia humana.
Reflexiones diversas abarcan su proceso artístico: la ausencia y presencia del cuerpo en el espacio, lo público y lo privado, el cuerpo de la mujer en la sociedad, las relaciones personales, los sentimientos, la soledad, la incomunicación, la violencia. Almeida, quien representó a su país en las bienales de Venecia de 1982 y 2005, es una artista multidisciplinar, pero privilegió la fotografía para plasmar la imagen de su cuerpo como objeto artístico, aunque sin definirlo como autorretrato. La pintura, los dibujos, el performance y el video se utilizan e integran en una fase preparatoria –a la manera de una puesta en escena coreografiada– antes de llegar a las fotografías, que a excepción de algunos de los primeros trabajos en los que da unas pinceladas de color y muestra su cara, se caracterizan por ser en blanco y negro y presentar su cuerpo de forma fragmentada. En el marco de esas obras en las que aparece el color, como en Estudio para un enriquecimiento interior o Pintura habitada, Almeida usa un tono azul que ha sido comparado con el que usaba el artista francés Yves Klein y ha sido interpretado como la forma como Almeida se opone a ese trabajo por la objetualización que hacía Klein de las mujeres en sus obras.
En estas fotografías, que surgen en la década del setenta, momento en el que el arte era aun de pleno dominio masculino, Almeida pareciera no solo comerse el color, sino emerger de él, lo que puede ser leído como un acto de emancipación.
Ficha técnica

Pintura habitada, 1975
