
Torso, 1982
Liliana Maresca
Argentina
¿Por qué la elección?
En su breve pero fecunda producción artística, Liliana Maresca (1951-1994) no solo intervino el espacio público y problematizó la realidad social, sino que abordó la reflexión sobre el cuerpo, la sexualidad y la intimidad. Su importante producción en torno al erotismo, la sexualidad y las relaciones de poder hacen de su trabajo una obra vital en la escena artística argentina de la postdictadura. Además, su quehacer artístico junto con otras rompió con la idea del artista autor único de una obra.
A comienzos de la década de los ochenta, Maresca realizó una serie de ensamblajes de objetos de descarte armados con fragmentos encontrados en grandes basurales de las afueras de la ciudad de Buenos Aires. Aunque desconocemos el paradero de muchos de estos objetos, los registros fotográficos son elocuentes. Coincidiendo con el final de la dictadura militar (1976 - 1983), la serie de torsos es una expresión de la violencia que ese régimen autoritario imprimió sobre los cuerpos. Esos torsos parecieran estar atravesados por la represión. El uso y la trayectoria de esos objetos le imprimen a la pieza su carácter. Como si la pintura, el óxido y la goma espuma rajada y marcada dieran cuenta de esa experiencia traumática colectiva.
Sin embargo, a pesar de esta primera impresión formal y de la aproximación al contexto de producción de la obra, un intersticio posibilita otra lectura de la pieza: podemos inscribir Torso en el género pictórico del desnudo. Las formas curvilíneas, los pechos y las texturas blandas sugieren un cuerpo femenino, mientras que el objeto metálico que sobresale en la parte inferior del torso, de aspecto duro y rugoso, insinúa un falo. Lo inclasificable, o la ambigüedad entre lo biológicamente femenino y lo masculino convive en Torso. Si pensamos en la siempre recurrente manera de representar los cuerpos en la historia del arte, la obra de Liliana Maresca implica una disrupción, una transgresión. No solo frustra lo esperable, sino que incorpora un cuerpo desmarcado, una sexualidad otra, que interpela. Es, ineludiblemente, un cuerpo sexuado, pero diverso, que condensa –prematuramente– parte de los abordajes críticos a la sexualidad que emergieron en la escena artística argentina de la postdictadura y se extendieron hasta la década de los noventa.
Ficha técnica
