¿Por qué la elección?

Una joven acaba de dar a luz a una niña. Su madre, incrédula y preocupada, pregunta a las enfermeras por el sexo del bebé. Está de espaldas, pero la decepción es visible. Su preocupación mayor es la inminente petición de divorcio que hará la familia paterna, ya que nacer mujer es sinónimo de tragedia.

Tres mujeres recién salidas de prisión intentan conseguir dinero. Una vende una cadena de oro y es arrestada, la otra sale a defender su honor después de que un hombre le grita en la calle. Otras más deambulan sin saber cómo continuar. Tienen el deseo de escapar al Paraíso, una tierra prometida en la que serán libres. Pero para una mujer viajar sin acompañante es ilegal. Otra más busca ayuda de una amiga enfermera en un hospital, está embarazada y no quiere continuar con el embarazo. Su amiga le recuerda que ningún médico aceptará practicarle un aborto. Otra, una madre, decide abandonar a su hija en medio de una transitada calle. Implora para que una familia pudiente la reciba. Ya intentó abandonarla tres veces en su deseo de que tenga una mejor vida. Una joven entra en el auto de un desconocido quien, por verla sola, decide llevarla a un lugar donde las autoridades están encarcelando a trabajadoras sexuales. Las mujeres tienen terminantemente prohibido viajar sin acompañamiento o sin un permiso de la policía, de su padre o de su marido.

Todas estas historias fragmentadas, pero esencialmente iguales, arman el relato coral que Jafar Panahi llama El círculo. Título que hace referencia a la circularidad de la trama, en la que al final todas las mujeres convergen en el mismo espacio. También refiere a la circularidad de la vida de las mujeres en un sistema opresivo que las obliga a escapar para ser capturadas de nuevo, y así entrar y salir de prisión en una recurrencia desesperante. Y, en el único aspecto esperanzador del relato, el círculo se refiere también a la circularidad de la solidaridad femenina; esa red de contención y cuidado que prevalece aún en las circunstancias más adversas.