Lost Highway, 1997
David Lynch
Estados Unidos

¿Por qué la elección?
En el film noir clásico, la femme fatale representa a una mujer poderosa cuya sexualidad desafiante amenaza la autoridad patriarcal. Sin embargo, como señala la teoría feminista, en la mayoría de los casos, esta mujer es castigada al final, como una forma de restaurar el statu quo. En los años setenta, con el nuevo cine americano y la crítica cultural, se intentó revisar los resortes ideológicos del género. Como resultado, el noir experimentó un resurgimiento, a veces reemplazando su estilización expresionista por un realismo sucio, y en otros casos subvirtiendo el papel de la femme fatale al permitirle triunfar a pesar de su crueldad y amoralidad.
En el caso de Lost Highway, Lynch adopta un enfoque diferente. Decide aferrarse a los elementos fantásticos del género. Mantiene incluso a la arquetípica femme fatale, pero su énfasis está en el deseo masculino de poseerla y su imposible satisfacción, pues la posesión solo puede darse, paradójicamente, acabando con la mujer deseada. Es decir, a Lynch no le importa el restablecimiento del statu quo, sino la caída.
Así, Lynch confronta directamente las fantasías patriarcales. El protagonista, Fred, es un saxofonista inseguro que no puede satisfacer sexualmente a su esposa Alice. Después de un episodio de celos, la asesina. A partir de ese momento, la película se sumerge en un giro alucinante en el que Fred se ve encarnado en otra persona y crea una nueva historia en la que recupera su poder sexual. Sin embargo, esta fantasía está destinada al fracaso, ya que Alice siempre logra reafirmar su irreductible autonomía. Lo más perturbador de la película es su estructura en forma de cinta de Möbius, en la que el final engendra el comienzo y viceversa, enfatizando la naturaleza compleja de la relación entre el deseo masculino y la violencia, sugiriendo que esta conexión es lo que hace que los eventos se repitan en un ciclo perpetuo.
Ficha técnica