¿Por qué la elección?

Silvia Giambrone (1981) visibiliza cómo el poder, de manera silenciosa y oculta, pero con variados tipos de violencia, irrumpe en la vida cotidiana y afecta las relaciones humanas. La violencia, tanto física como psicológica, que impacta el entorno doméstico y que vulnera principalmente a las mujeres, es el contenido central de su producción artística.

A través de múltiples medios que incluyen performance, instalación, sonido, collage y escultura, Giambrone retrata la violencia doméstica y la fractura entre hombres y mujeres en la que los objetos y los muebles adquieren un valor simbólico amenazante y testimonial. Vertigo, una serie impresa de collages de varios pares de objetos cotidianos en aparente amenaza entre sí, hace parte de las imagenes de la violencia doméstica que caracterizan su obra. Las consecuencias de esta violencia latente al interior del espacio denominado hogar y que lleva al conflicto y al quiebre silencioso de las relaciones son representadas por Giambrone en obras como Frames, Borders o Domestication. En Frames, espinas en lugar de los retratos emanan de los marcos de fotos, en Borders, es la imagen de una escultura de alambre de púas, cosido sobre sábanas blancas, la que inequívocamente rememora el lecho nupcial y la distancia entre quienes lo comparten, al igual que la estructura de la cama atravesada por tallos espinosos en su serie Icons.

Pero es en su película Domestication en donde la tensión ya no está en los objetos, sino entre los protagonistas y los objetos que actúan como testigos de la opresión silenciosa y la aceptación de la violencia naturalizada. El hombre arrancando con su boca las espinas del tallo de una rosa en Domestication trae la imagen recurrente de las espinas que simbolizan la violencia de la vida cotidiana y que afecta no solo las relaciones y cada una de las acciones, sino que, como podría leerse metafóricamente en su serie Mirrors, interfiere también en la construcción de su propia identidad.