¿Por qué la elección?

Hay que decirlo/expresarlo/gritarlo/cantarlo/una y otra vez/ como un mantra/ un rosario/ una letanía/ hay que soltar la verdad/ hay que soltar el grito” dice la poesía de Regina José Galindo (1974). Y de eso se trata su obra: de expresar, como en un mantra, una y otra vez, el horror de la violencia. Galindo utiliza la performance como medio principal de expresión y hace de su propio cuerpo el lugar en el que se re(presentan) los hechos de violencia, de injusticia, los estigmas y los tabúes.

Así, envuelve su cuerpo en plástico y se hace arrojar a un vertedero de basura para referirse al lugar en donde terminan tantos cuerpos de mujeres asesinadas. Estando encinta, se amarra a una cama con cordones umbilicales reales, para recordar a las mujeres indígenas que, embarazadas, eran atadas para ser violadas en tiempos del conflicto armado. Se deja escupir por una mujer indígena y se pone así en el lugar radical del otro. Camina dejando huellas de sangre desde la Corte Constitucional hasta el palacio presidencial, cuando aquélla decide dejar en libertad a un genocida.

La violencia contra las mujeres ocupa un lugar central en su trabajo. En Guatemala, las mujeres están expuestas al trato cotidiano con el miedo a ser violadas y humilladas, dice Galindo. Y ese miedo se siente en Perra, performance en la que la artista, vestida de negro, sentada en una silla metálica, descubre su pierna derecha y, de forma pausada, empieza a escribir con una navaja, letra por letra, la palabra “perra”.

Guatemala es un país marcado por treinta y seis años de una guerra civil que tuvo un impacto diferencial sobre las mujeres. La degradación del conflicto las puso en el centro y multiplicó las formas de violencia y tortura contra ellas. Las secuelas perduran. Perra habla de una serie de asesinatos ocurridos en 2005 cuando los cuerpos de esas mujeres asesinadas tenían marcados en la piel mensajes como “malditas perras”, “muerte a todas las perras” o “a la basura las perras”. “Perra” se escribe Galindo en su pierna para emular y decir lo que hicieron los asesinos de esas mujeres en 2005. Pero perras son llamadas las mujeres no solo en su sociedad, sino en todas las sociedades patriarcales. Y el significado y las implicaciones de este hecho son la materia del prolongado grito que es su obra.