
Reunión feliz, 1970-1973
Isabel Oliver
España
¿Por qué la elección?
“Toda nuestra cultura se basa en la masacre femenina”, dice Isabel Oliver (1946), quien inicia su larga trayectoria de reivindicación de la mujer a través de la pintura en la década del setenta, en un contexto en el que al patriarcado se le unían los efectos de la dictadura franquista. La obra de Oliver, una representate importante –aunque por décadas olvidada– del pop español, es una contundente voz de denuncia de la discriminación y las condiciones de inequidad a las que se han visto sometidas las mujeres.
Nacida en ese entorno franquista y patriarcal, desde niña le resultó injusta la disparidad existente en la educación y asignación de oficios en su propia casa. Terminando sus estudios de Bellas Artes, fue recibida como asistente del colectivo de pintores españoles "Equipo Crónica", donde, paralelamente a su trabajo, logró empezar a pintar la línea temática que definiría su producción artística: lo que implica ser mujer en una sociedad con pleno dominio masculino. Es ahí donde surge su primera serie titulada La mujer, en la que en obras como La Familia numerosa, Reunión feliz o Cosmética plantea los estereotipos familiares, domésticos y de belleza femenina estipulados por la sociedad española y señala la inconsciencia de las mujeres frente a sí mismas y frente al contexto en el que viven.
Más adelante, en la serie Recintos privados , Oliver retrata al hombre en sus espacios de goce: en el club, o como queda plasmado en Su casa, sentado cómodamente en un sillón donde lee el periódico con su mascota a los pies y la mujer al lado, encima de la mesa, dentro de una jaula en la que la tiene reducida. De profesión: sus labores plantea cómo se limita y excluye a la mujer del mundo profesional al formarla solo para desarrollar labores domésticas; Paseos por el museo confronta y busca liberar a las mujeres de la misoginia que encierran los contenidos de grandes obras de arte. Y así, dentro del amplio universo de imágenes con las que Oliver reclama por una posición más igualitaria, incluye en su serie El Juego el recurso metafórico y trastoca las convenciones de las reglas de juegos como el dominó o las barajas para representar la necesidad de cambiar el desequilibrio que ha regido las reglas del juego para las vidas femeninas.
Ficha técnica

La familia numerosa, 1970-1973
